«Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia.»  (2 Timoteo 3:16)

La lectura bíblica es esencial para el crecimiento espiritual, ya que el Espíritu Santo nos instruye a través de la Biblia. Sin embargo, en vista de que la Biblia está compuesta de varios libros, es importante seguir un plan de lectura y estudio que nos permita no sólo leerla de principio a fin, sino hacerlo del modo más estimulante para nuestra vida en Cristo. En la actualidad hay varios planes de lectura bíblica que se han elaborado con el fin de ayudarnos a mantener un interés constante en la Biblia, sin aburrirnos ni cansarnos. Estos se encuentran en diferentes Biblias, especialmente en las Biblias de Estudio, y en algunos casos, publicados como folletos. Si usted no dispone de ninguno, tenga la bondad de hacérnoslo saber por escrito, y con gusto le enviaremos un plan de lectura que nosotros mismos hemos elaborado. De usarlo, podrá escoger entre leer el texto completo de la Biblia en un año, para lo cual tendría que disponer de bastante tiempo, o distribuir su lectura en dos o tres o más años si prefiere. Lo que importa es que lea cada día determinados pasajes de la Biblia hasta terminar de leerla, para luego volver a comenzar. Además de escoger un plan de estudio de la Biblia, tome en cuenta las siguientes consideraciones

 

  1. Aparte un tiempo apropiado para leer (cuando tenga menos interrupciones). Algunas personas separan la primera hora del día; otras separan tiempo al final del día. Lo importante es apartar un espacio de tiempo adecuado.
  2. Escoja una versión de la Biblia que no le cueste trabajo entender.
  3. Antes de comenzar, ore y pídale al Espíritu Santo su ayuda para comprender y aplicar a su vida lo que va a leer.
  4. Haga el esfuerzo de memorizar pasajes enteros, especialmente los que se relacionan con la salvación.
  5. Si está a su alcance, use otros recursos literarios y herramientas de estudio para aumentar su conocimiento